Si alguien llegó a conocerse bien en el set de Game of Thrones, es Jason Momoa y Emilia Clarke. Tuvieron algunas de las escenas más intensas juntas en la primera temporada de la exitosa serie de HBO, pero se unieron y se ayudaron mutuamente a hacer soportables esas escenas difíciles. Es algo que ninguno de los dos pudo olvidar.
Jason Momoa es enorme e intimidante, al igual que su personaje Khal Drogo, pero no te dejes engañar. Realmente es un gran oso de peluche al que le encanta reunirse con su Khaleesi, o la luna de su vida, en cualquier oportunidad que tenga. Pero resulta que estaba mucho más preocupadp durante ciertas escenas con Daenerys de Emilia Clarke.
“Nunca antes había estado en un set de filmación como este y mucho menos en escenas tan íntimas dónde todos están mirando”, explicó la actriz.
Momoa estuvo allí para Clarke durante esas escenas incómodas y la hizo sentir protegida. A pesar de que estaban filmando algunas de las escenas más gráficas, incluida la escena de la noche de bodas de su personaje, la actriz reveló que Momoa fue todo lo contrario de Drogo en esos momentos.
“Me cuidó en un entorno en el que yo no sabía que necesitaba que me cuidaran. Soy afortunada de haber tenido Jason al lado. Era muy amable, considerado y se preocupaba por mí como ser humano".
Ahora, mirando hacia atrás, Emilia Clarke aprecia todo lo que Jason Momoa hizo por ella durante esa primera temporada. Muy pronto, se convirtió en una profesional. No muchos en Hollywood pueden decir que alguien les dio la espalda como Momoa tuvo a Clarke. De hecho, una de las razones por las que actores como Cameron Diaz han abandonado la industria es por la sensación de que a nadie le importan las personas como seres humanos.
Clarke también admitió que fue Momoa quien más lloró durante sus escenas. No explicó por qué, pero probablemente era porque el actor no quería traumatizarla de ninguna manera. Esto demuestra por qué el actor reveló en varias ocasiones que no le gustaba hacer las escenas íntimas y lo hacía sentir raro. Claro que al fin de cuentas, era su trabajo y estaba interpretando a cierto personaje.
Las mayores críticas hacia Jason Momoa habían llegado en 2011, cuándo el actor habló en una Comic-Con y tuvo un par de dichos desafortunados. Ese año que se estrenó Game of Thrones, el actor dijo que le gustaba este tipo de producciónes por las "mujeres bonitas que hay para mirar". Claramente el actor tuvo que salir a pedir disculpas públicas por sus dichos, aunque parecen no haber afectado su relación con Emilia Clarke en pantalla, que salió a apoyarlo claramente.
Créditos: vader.news