Si hay algo en lo que Peaky Blinders se destaca de las series sobre gánsteres, es que sus cinco magníficas temporadas han descubierto una versión nunca antes vista del asombroso mundo de las bandas criminales de la Gran Bretaña posterior a la Primera Guerra Mundial a principios del siglo 20. Con una impresionante puesta en escena y un talentoso elenco de verdaderas estrellas, el espectáculo se ha hecho merecedor de innegables elogios, aunque también han salido a la luz no pocas críticas sobre su fidelidad histórica, difíciles de ocultar y mucho menos enmendar.
Con una trama atrapante ambientada en los sectores más pobres de Birmingham, la historia relata con gran maestría el surgimiento de la familia Shelby. dirigida por el despiadado Tommy Shelby (Cillian Murphy), desde sus comienzos como una peligrosa pandilla criminal callejera conocida como los Peaky Blinders, hasta la construcción, con no pocos obstáculos, de un verdadero imperio criminal con ramificaciones en la política británica.
Sin bien el público sabe que los Peaky Blinders sí existieron en la vida real, el creador de la serie Steven Knight ha tenido el buen tino de aclarar desde su lanzamiento en el año 2013 que su obra de ficción es una versión libre inspirada en hechos históricos. Advertencia que no ha impedido que los expertos en la materia no hayan tenido reparo en dar a conocer una serie de cuestionamientos negativos en lo que se refiere al manejo de algunos elementos fundamentales en los que se basa la trama y que fue imposible cambiar en el programa sin afectarlo gravemente.
Entre los críticos que han sometido al escrutinio a algunos elementos de la serie, se encuentra el catedrático Andrew Davies. Expuso como falsos algunos mitos que se muestran en pantalla, al señalar que los Peaky Blinders existieron a finales del siglo 19, y que el término no se usaba para nombrar a un grupo delictivo en particular, sino que describía a aquellos que se presumen miembros de una pandilla con determinada apariencia (gorra de visera, corbata, pantalones acampanados y una chaqueta con botones de latón). Además era imposible que sus sombreros estuvieran forrados de navajas, sobre todo porque en la década de 1890 las hojas de afeitar desechables eran un nuevo artículo de lujo.
“La idea de que un Peaky Blinder lleve el nombre de las navajas de la gorra es más o menos un mito urbano de Birmingham. Hay historias que circulan en los periódicos locales en Birmingham en la década de 1930, pero esto es algo así como 30 o 40 años después del hecho".
Otro aspecto en el que el famoso show de la BBC es señalado por distorsionar la realidad, es al mostrar que la pandilla manejada por los Shelby esté conformada por adultos y logrado un verdadero imperio en el mundo criminal extenso y organizado. Algo que los Peaky Blinders de la vida real jamás hubieran podido conquistar, tomando en cuenta que, a diferencia de la ficción, estos grupos estaban formados por niños y jóvenes entre los 12 y 20 años de edad, quienes jamás pasaron de ser delincuentes de poca monta.
En este orden de ideas, otro crítico del programa es el prestigioso historiador de Birmingham, el profesor Carl Chinn. Destaca que pese a su juventud los jóvenes a los que llamaban Peaky Blinders, en realidad eran verdaderos matones, crueles y violentos que no deben ser idealizados. Si bien la creación televisiva desde que se emitió por primera vez hace ya siete años ha revelado algunos de los actos viciosos, violentos y brutales de la pandilla, en su opinión una representación tan positiva está lejos de la realidad y la falsea, mostrando a los personajes con un toque de romanticismo para nada acorde con los hechos históricos.
Créditos: vader.news